SE VIVE A PLENO RIVER

Seguí esta experiencia que cuenta lo que se vive dentro de la cancha en estadio del equipo "River Plate", con todo el lujo de detalles

Todos los sábados a la tarde, o domingos a la noche, se respira pasión en este mausoleo histórico que es "El Monumental". Al llegar lo primero que se escucha son los vozarrones cantando River mi buen amigo (...). Después se te expanden los ojos, inundados de ese rojo sangre y el blanco mármol, resplandecientes y brillosos. A continuación, y casi sin darte cuenta, sos parte de esa oleada. Estás gritando y cantando, saltando; rebelde y casi anárquico. Descontrolado por las ganas de ver a esas 12 personas (contemos al Director Técnico), que en ese momento son tu mayor esperanza.

Imagen que retrata la consagración de “El Más Grande”, como campeón de la Copa Libertadores

Entonces los ves. Entran los 11 en fila juntos. Con sus camisetas tajadas en diagonal por ese rayón colorado y unas caras que inspiran hasta al más caído. La barra brava aplaude, "Los Borrachos del Tablón" se hacen llamar, y se nota que hacen alarde de su nombre. En cinco segundos ya está todo el estadio aplaudiendo. Luego de formar y saludarse se sacan la famosa foto de capitanes. Posiblemente los cánticos ronden entre Muñeco Muñeco (...) y Francoo Francoo (...), en honor al DT y al capitán respectivamente.

Suena el pitido inicial. Todos en la cancha saben que los próximos noventa minutos van a ser de emoción, enojo, alegría o tristeza. Por eso, toda la hinchada mira atenta a como gira la pelota en el césped verde y limpio, casi perfecto. Todos alentando, aplaudiendo o abucheando a medida que se juega. Lo mejor es tratar de no cantarle canciones despectivas al contrario pero lamentablemente hay quienes no se contienen.

Y así, en el ida y vuelta, cada jugada, cada pase, cada remate... Es una demostración del espíritu inmenso que tantos jugadores, cuerpo técnico e hinchas tienen por el fútbol. ¨Por fin llegan los goles, si es que los hay: todos gritan, todos festejan y vuelven a cantar, abrazándose. Cuando termina el partido, todos contentos o todos cabizbajos, salen del estadio. Comiendo y riendo. Fue una buena jornada, porque, aunque se pierda, vivieron el partido. Inhalaron pasión y fútbol. Y saben que están todos juntos en esto. En las buenas y en las malas, mucho más. Unidos. Siempre. Esto lo genera el fútbol. Esto lo genera River.